HISTORIA...
Muchos investigadores están de acuerdo en afirmar que el perro fue el primer animal domesticado y ubican el inicio de la “comunidad hombre-perro” a unos 10.000 años antes de Cristo. De estos antiguos perros, descendientes de lobos o animales semejantes, descienden todos los perros. Se han hallado osamentas de unos 4.000 años de antigüedad que no difieren mayormente de la estructura ósea de los Schnauzer que, aún hoy día, conservan una anatomía “normal”. Tienen cráneos de ancho normal con lugar suficiente para el cerebro, tienen mandíbulas bien proporcionadas, un tronco firme y extremidades normales; son, en definitiva y gracias a dios, perros absolutamente normales.
Damos un gran salto en el tiempo hasta encontrar alguna documentación sobre los Schnauzer y Pinscher que dieron origen al Schnauzer Gigante, alrededor de 1860 se fueron destacando estos perros entre la enorme masa de mestizos que poblaban las haciendas de los campesinos de Europa. Se afirma que el perro que se puede ver en un cuadro de 1850 a los pies de la princesa Elizabeth de Baviera, es un Schnauzer Gigante pero esta es una excepción ya que los Schnauzer no fueron perros de los nobles, fueron los perros de los campesinos y del pueblo y tuvieron que ganarse ese lugar siendo útiles y agradables.
El Schnauzer Gigante es el Schnauzer Standard (también llamado mediano) agrandado mediante selección, cruza con Alano negro (Dogo alemán), Bouvier de Flandes y se supone que intervinieron otras razas no declaradas.
En 1907 se creó en Baviera el “Bayrische Schnauzer –Klub” que se ocupó de los Münchner Schnauzer (Schnauzer de Munich) y Bierschnauzer (Schnauzer de los Cerveceros) hasta que, mucho más tarde, recibieron el nombre Riesenschnauzer (Schnauzer Gigante). Los primeros registros de Gigantes en el Pinscher-Schnauzer Club datan de 1910.
El Schnauzer Gigante se ha desempeñado, desde aquellos tiempos, acompañando diligencias, cuidando transportes de cerveza, asistiendo minusválidos, cazando ratas, arriando ganado, cuidando establos, ayudando a policías, gendarmería, ejército, etc. en búsqueda de drogas, salvataje, defensa, ataque y, ha sido, sobre todo, un insobornable guardián de sus amos y de su propiedad.
Un campesino no mantiene un perro si no le es útil, si no es dócil y sociable y si no es seguro para sus hijos y el resto de la familia. Esta selección natural nos brindó este perro de salud de hierro, aptitudes “todo terreno” y carácter “familiero” que el ser humano ha cambiado en su apariencia sin modificar la esencia.